sábado, 11 de diciembre de 2010

¡Maccabi! ¡Maccabi!

El día 25 de noviembre asistí en Yad Eliyahu Arena a mi primer partido de baloncesto en Israel. Experimenté los sentimientos encontrados de ver a uno de mis jugadores favoritos -además de mi tierra-, Fernando San Emeterio, contra el equipo venerado en el país donde vivo, cinco veces campeón de Europa, el Maccabi de Tel Aviv. Este equipo de baloncesto se trata sin duda de una de las instituciones israelíes más conocidas internacionalmente.

La palabra Maccabi hace referencia a los macabeos del Antiguo Testamento. Los macabeos fundaron la dinastía real Asmonea, proclamando la independencia judía en la Tierra de Israel durante un siglo, desde el 164 al 63 a. C. Aún son recordados nacionalmente por el pueblo hebreo en la festividad de Jánuca y son considerados Héroes Nacionales del pueblo de Israel. Ahora Maccabi se utiliza en numerosas instituciones y marcas israelíes, como uno de los servicios médicos del país o el propio equipo de baloncesto.

El ambiente fue fabuloso, no me decepcionó para nada. He de reconocer que me emocioné llegando al nuevo pabellón del equipo, al que llegué ya en noche cerrada por la calle Wingate.

Es costumbre de grupos d amigos y familias juntarse los jueves noche para ir a ver al Maccabi, si no puede ser al pabellón, por la televisión. El jueves es el día que comienza el fin de semana en Israel y el equipo programa todos sus partidos de Euroliga ese día de la semana. Ir a ver un partido del Maccabi en Israel es como ir a ver al Real Madrid de fútbol en España -me pueden los colores, lo siento culés-, no sólo en lo que a la tradición se refiere, sino también en precios. Es una locura que en baloncesto sea más caro ver un partido de Euroliga del Maccabi que ver las semifinales de un Mundobasket.


Reseñar que -y otra vez me recuerda al equipo merengue- en Israel, quien no adora al equipo amarillo, lo detesta y quiere que pierda incluso en competiciones europeas. Me encantó el ambiente que se vivió en el pabellón y me pareció una afición, además de volcada con su equipo, tremendamente deportiva y entendida del deporte de la canasta... qué envidia y qué melancolía, pues en cierta manera me recordó a los años de altísimo nivel de baloncesto que nos ofreció en Torrelavega el Lostal primero, Caja Cantantabria depués y Lobos Cantabria para terminar, y a la afición del Vicente Trueba.

En especial me gustó cómo la gran mayoría del público animaba y cantaba constantemente, vestidos de los colores amarillo y azul del equipo. Muy bonito.

2 comentarios:

  1. Y q tiempos aquellos del Caja, en los q coreábamos: lalalala lalalalala... y hacíamos subir y bajar la bandera, aissss, seguro q has disfrutado como un enano!!!

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  2. Así que ahí juega el Maccabi eh! Pues sí que parece guapo el estadio. Cuídaté!!
    Galdes.

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