jueves, 25 de noviembre de 2010

Aterrizando en Tel Aviv... ¿y ahora qué?


Quienes mejor me conocen saben lo que buscaba de esta experiencia. Lo primero que quería vivir era la sensación, el olor, el color, el sabor de un lugar nuevo. Eso lo experimenté desde el primer momento, a las tres de la mañana, cuando llegué al aeropuerto de Ben Gurion en Israel. Olor a humedad, color dorado, sabor a humus, sensación de “nuevo-viejo”, significado de Tel Aviv en hebreo en honor a las palabras de Hertzel cuando redactó la idea de un nuevo Estado de Israel, con la del viejo pueblo, la comunidad judía.

Por fin me he decidido ha comenzar los relatos de mi estancia en Tel Aviv, después de mes y medio de adaptación a la nueva ciudad y al nuevo trabajo. Desde el 7 de octubre se puede decir que vivo en la ciudad de la tecnología, el Miami de Oriente Medio, la ciudad que nunca duerme… Tel Aviv es una ciudad fundada en 1909 cuando un grupo de judíos construyeron sus edificios al lado de la antigua ciudad de Jaffo, en el actual barrio de Neve Tzedek, en el sur de lo que es ahora el centro de la ciudad. Desde entonces, esta ciudad de clima mediterráneo, con aires a la Barcelona anterior a su particular revolución olímpica, ha vivido unos intensos 101 años, sobre los que se han escrito ríos de tinta, sobre todo en la prensa internacional. Esto hace una vez más a nuestra Tel Aviv, una ciudad nueva, pero a su vez vieja.


¿Que si Israel es como me lo esperaba? En el caso de que realmente tuviera una idea clara, no, no lo es. Y lo explico así porque una de las máximas que estoy aprendiendo de la vida en Israel, es que si no es estando aquí, hay muchas cosas que no se pueden entender. Los veteranos del lugar aún así no entienden en su mayor parte el conflicto que ha acompañado por desgracia al oeste del continente asiático durante más de un siglo.

Para empezar os hablaré de Tel Aviv; la ciudad más abierta de mente y de pensamiento de Israel, donde si eres un turista despreocupado podrás salir a la calle y disfrutar del mejor ambiente occidental bajo el mejor clima y la mejor cultura oriental. 
Los edificios de Tel Aviv están marcados por el movimiento arquitectónico Bauhaus. Llama la atención lo poco cuidadas que están las fachadas del centro de la ciudad. Las infraestructuras destacan por un cierto caos ordenado: largas avenidas asimétricas, extensas zonas verdes, los ciudadanos que pedalean por aceras y carreteras, ruidosos autobuses y minibuses o serruts, mercados o souks con todo que le puedas pedir a un bazar… terrazas a la sombra de los árboles, kioskos callejeros, un largo paseo por unas playas que se funden en la torre de Jaffo, puestos de pitas, grandes edificios con la mejor fiesta nocturna  en sus azoteas… todo ello, con una mezcla de población de origen ruso, armenio, polaco, sudamericano, norteamericano, etíope, iraquí y un sinfín de nacionalidades más… hacen de Tel Aviv una ciudad sin parangón donde se funde la vida de estilo occidental con la cultura de Oriente Medio.

Aquí, el primer destino turístico siempre será Jerusalén: ciudad que representa la cuna de las tres religiones monoteístas más seguidas en el mundo entero. Hasta que no llegas a Jerusalén, no te puedes hacer una idea de lo que significa juntar en una superficie tan austera todos estos lugares sagrados. Entre las murallas de la ciudad antigua, en un espacio que me recuerda a la ciudad castellana de Ávila (por desgracia no a sus maravillosas tapas), se encuentran los siguientes emplazamientos sagrados:
  
  • El muro de las lamentaciones: lugar más sagrado para el judaísmo, donde los judíos oran desde hace 2000 años por ser el lugar más cercano a la Cúpula de la Roca, donde se encuentra la piedra sobre la que Abraham se dispuso a sacrificar a su hijo, a donde les es prohibido el acceso.
  • La explanada de las mezquitas, tercer lugar más sagrado para los musulmanes, después de La Meca y la Mezquita del Profeta en Medina. Según el Islam, Mahoma fue elevado al cielo desde la misma Cúpula de la Roca.
  • El santo sepulcro: donde los cristianos creen que Jesucristo fue enterrado y resucitado.

    Además de visitar estos lugares sagrados, Jerusalén esconde otros muchos lugares descritos en las Sagradas Escrituras, y sobre los que la mayor parte de los seres humanos, hemos oído cientos de historias. Merece la pena pasear por Jersusalén, mezclándose entre los diferentes barrios y perdiéndose entre la mezcla de culturas, turistas y calles estrechas. Jerusalén es conocida como la ciudad del oro. Posiblemente una de las más maravillosas puestas de sol del planeta tierra. Una imagen vale más que mil palabras.



    3 comentarios:

    1. Josele.
      Muy mal se me tenía que dar para no ir a verte en Marzo pero parece que se me ha dado, no me garantizan en el curro vacaciones para el primer semestre, así que no puedo pillarme el vuelo de momento. Una pregunta, ¿hasta cuándo estás tú por esas tierras santas?
      Galdes.

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    2. Y q ganas de ver esas puestas de sol!!!! aissss 1 mes, 1 mes!!!

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    3. Pepiño!!! Pues parece que te va muy bien, no? La verdad es que me gustaría comprobarlo in situ, jeje!! Este año me quedo sin vacas en navidad así que los días que me quedan los puedo gastar en hacerte una visitilla el año que viene
      Estaremos en contacto ;)
      Un besuko grande!!
      Meri

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